Elena

Elena

martes, 29 de septiembre de 2015

Amar es respetar







¿Cuántas veces queremos tanto a alguien que simplemente buscamos arreglarle la vida?


Esa delgada línea entre apoyar y controlar puede convertirse a veces en algo confuso cuando basamos el amor en no dejar que el otro aprenda, ni sufra, ni se esfuerce y lejos de hacerle un bien, le hacemos un mal.

Y no estoy hablando de desinterés o insensibilidad, simplemente de respetar los tiempos de cada uno, aún cuando esa persona vaya muy despacio o simplemente haya elegido quedarse estático un tiempo...



Es como cuando una oruga se transforma en mariposa, ¿qué le pasaría a la oruga si al momento que ya es mariposa y trata de romper el capullo le ayudamos a salir? Ella necesita hacer el esfuerzo de romper el capullo para fortalecer sus alas y ser capaz de volar.
Así mismo nosotros, hay ocasiones en las que uno considera "si no se sufre, no se aprende" y genera una situación a afrontar en su vida para "aprender", pero, si en lugar de vivirla y asimilarla, alguien más le resuelve la vida y esa persona no generó el mínimo esfuerzo en afrontarla, entonces el objetivo que se pretendía no se logró.

Otro ejemplo sería cuando un joven se va a examen extraordinario de matemáticas y en lugar de dejarle estudiar simplemente le das las respuestas del examen... ¿Crees que aprendió matemáticas en realidad?, quizás apruebe, pero el conocimiento sobre matemáticas no lo adquirió.

Cuando buscamos controlar cada detalle, es porque en realidad el miedo nos invade, al querer tener todo bajo control pareciera que  buscamos "evitar" cualquier factor sorpresa que no lo sepamos llevar, sin embargo esto puede volverse desgastante para todos y como leí alguna vez, "controlar es pretender competir con Dios"... crees que algún día le vas a ganar?

Al querer solucionar la vida de los demás, todo pasa, inviertes toda tu energía en factores externos, no te sientes a gusto, te sientes usado, las personas a quienes ayudas no lo valoran y al contrario pueden llegar a exigir más de ti... un círculo vicioso donde nadie es feliz.


No hay nada de malo en querer ayudar, mas hay que ser conscientes en las consecuencias de nuestras acciones.


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