Elena

Elena

martes, 13 de febrero de 2018

Cambios, soltar... Y si no puedo?

Respetar el orden Divino y perfecto de la creación, en el ir y venir de la vida a veces pareciera complejo; en muchas ocasiones damos por sentado que todo es perfecto cuando sigue nuestro orden personal, donde nos hemos dado a la tarea de acomodar nuestros horarios, tareas, experiencias, modos, hábitos y hasta incluso vicios, todo para que nosotros en un afán de sentir que controlamos la realidad nos sintamos “seguros”, pero sabes, cuando algo sale fuera de ese “control” es cuando muchas veces nos podemos sentir fuera de balance y puede ser algo tan pequeño como un “hoy mi cabello no queda bien” hasta perder algo que considerábamos súper importante y esencial en nuestras vidas,  es entonces cuando frases que escuchamos cotidianamente como “fluye”, “deja que las cosas pasen”, “entrégalo a Dios”, nos cuesta trabajo aceptar e integrar, muchas veces ante el enojo, miedo, duda o frustración que sentimos convertimos nuestras experiencias y emociones en todo un torbellino donde terminamos provocándonos más daño y sufrimiento del que inicialmente sentíamos, porque nos damos cuenta que nuestras creencias, conceptos de estabilidad y seguridad son relativos, a veces nos enojamos a tal grado que simplemente queremos renunciar a las cosas y asumir que hemos cometido graves errores y que estamos destinados a ese sufrimiento, carencia, inseguridad o desamor.
Cuando nos pasa todo esto, por supuesto que tenemos esa gran tentación de buscar culpables, declararnos víctimas o simplemente buscar un modo de generar venganza ya sea contra uno mismo, contra alguien, la situación o inclusive ante Dios, todo esto es comprensible, desde nuestra realidad humana y un aspecto limitado de percibir la realidad, lo lógico sería actuar de esa forma.
Pero cuando nos permitimos trascender más allá del sufrimiento, y entender, que lo que sea que esta experiencia me vino a traer: enfermedad, dolor, pérdida, enojo, soledad, resentimiento, etc., si soy capaz de encontrar el suficiente amor en mi ser para permitirme ir más allá de todo eso que me trae sufrimiento y trascender el amor, en conciencia, en claridad y honrando el tiempo que necesito. Hay ocasiones en que preferimos tener un tiempo a solas, o quizás buscar ayuda, es muy valioso el que sea que elijas, no te cuestiones, ni regañes ni juzgues, sólo haz lo que sientas correcto en tu corazón. Recuerda que tratar de entender todo desde el análisis mental a veces puede convertirse en algo extenuante y sumamente cansado, así que permítete tomar aire, descansar, ver las cosas desde una perspectiva distinta, quizás esto te ayude a comprender mejor con el tiempo por qué las cosas se dieron así, es entonces cuando ese cambio, ha valido la pena, toda esa experiencia que fui capaz de generar para mí, ha servido para evolucionar, así como lo quise aprender. Es momento de soltar la culpa, el auto castigo, la dureza y severidad hacia mi ser y desde este momento, declararme un profundo amor y tener la paciencia que necesito y respetar mis tiempos para salir delante de este proceso.
Hace poco 3 personas me preguntaron cosas relacionadas con este tema, ¿cómo puedo adaptarme a los cambios, aun cuando éstos duelan?
Hay  cosas que aparentemente no comprendemos, inclusive cuando estamos recibiendo la respuesta, muchas veces decimos “No entiendo”, pero sabes?, hay cuestiones que más de tratar de entenderlas desde la mente, debemos abrirnos a percibirlas desde el corazón; quizás esa situación recurrente sin resolver, esa enfermedad, esa mascota, ese ser querido que se fue, se dieron para generar esa sacudida en nuestras vidas que nos motivaran a generar ese cambio que ya estamos necesitando hacer pero no nos habíamos atrevido por no tener motivos suficientes o simplemente miedo.
Todas esas experiencias, significan para nosotros grandes maestros y grandes regalos, aun cuando parecieran todo lo contrario.
Recuerda que nada es para siempre, ni todo el dolor, ni la tristeza, ni el sufrimiento, permítete entregar en amor aquello que no terminas de entender y te está doliendo a esa fuerza Divina que su esencia es básicamente el amor, y así como los niños cuando piden algo y están convencidos que les será concedido, así nosotros, entreguemos esto que nos pesa, nos duele o no entendemos a esa conexión Divina que todos tenemos y confiemos, no queramos controlar el proceso o la solución, solo entreguemos en amor y permanezcamos tranquilos y atentos.  Mantente abierto a las señales, personas, circunstancias que se presenten, si te das esa oportunidad de recibir sin juicios, sin dolor, verás que el panorama deja de parecer tan negativo.
Todas nuestras peticiones / oraciones están siendo escuchadas, no lo dudes, la respuesta vendrá a nosotros cuando sea el momento adecuado y estemos preparados para ello.
Sólo por favor recuerda, está bien pedir asistencia, mas la decisión y el trabajo esencial, viene de ti, honra las oportunidades a tu alrededor.



Te mando un abrazo con mucho cariño 

No hay comentarios:

Publicar un comentario