Elena

Elena

sábado, 18 de enero de 2014

La soledad

Por circunstancias de la vida, hoy estuve en el hospital acompañando a un familiar muy querido, gracias a Dios todo va mejorando, sin embargo me enteré de una señora quien comentaban que nadie la va a visitar porque no tiene familiares, la idea de quererla conocer me empezó a dar vueltas en la cabeza, así pasaron un par de horas hasta que al fin me decidí a preguntar por ella a una enfermera, no estaba segura si sería adecuado, si no metería a nadie en problemas y si la Sra. quisiera recibirme... Y esta es la historia:

Creo que hasta la enfermera se sorprendió de mi solicitud, pero no dudó ni un instante en presentarme con Agripina, una señora morena, de pelo totalmente cano, pequeña, recostada en su cama con dolor pues le habían hecho una curación muy dolorosa en las piernas esta mañana.

Simplemente me presenté, me senté en un sillón y la escuché, no quise hacer muchas preguntas, sentía lo delicado y frágil de la situación y no quería agobiarla haciéndola recordar sus múltiples dolores. Mientras ella hablaba, a veces sonreía ligeramente otras más sus ojos se llenaban de agua; la escuché sin juzgar, sólo dándole mi atención, por un momento pensé que yo había ido a confortarla, a hacerle compañía, hablamos de la soledad, de los ángeles, de la importancia de observar tu cuerpo, de hacer el miedo a un lado y seguir con la vida buscando tu camino y tus herramientas para crecer. Mas al final del día, me doy cuenta que ella también me ayudó y es a enfrentar un miedo que es la soledad.

En sí la soledad estamos acostumbrados a verla como algo negativo, pero no debemos olvidar que la soledad es una gran maestra, ya que la enseñanza que nos trae es simplemente "Vuelve a ti", al estar en soledad, no queda más que ponerte atención, sin embargo cuando uno no tiene una buena relación contigo mism@, esta enseñanza puede volverse un martirio, inclusive en un asunto sin resolver.

El caso de Agripina es extremo ya que en verdad no cuenta con familiares cercanos quienes puedan cuidar de ella, es viuda, sus hijos murieron por diversas razones, sólo cuenta con algunos amigos y una vecina que está al pendiente de ella. Sé que como el caso de esta Sra. hay muchas más historias más crudas y tristes, pero también existe el caso de personas que pueden estar en medio de una multitud, siempre en contacto con personas y no pueden evitar sentirse sol@s.

La soledad es la maestra que te invita a regresar a hacer lo que te gusta, lo que te hace verdaderamente feliz, de enfocar tu energía en tu ser más que en el exterior, de cuidar de ti, de amarte y respetarte, cuidar de ti;  la soledad te da esa oportunidad para recargar pilas y continuar el camino. Pero hay quienes se escudan en el miedo y lejos de trabajar esta enseñanza, se comportan como si trajeran una maldición encima, cuando en realidad es uno quien decide qué será de su vida, si se tiene el control o simplemente se queda con el papel de "víctima de las circunstancias" y que el mundo siga decidiendo por mi.

Agripina para mi esta noche ha sido un recordatorio de honrar, aceptar y soltar la soledad cuando se presenta, de decidir conscientemente en qué invierto mi energía sin dejar de tener mi esencia, continuar haciendo lo que me gusta y me hace feliz.

Bendigo esta oportunidad que tuve hoy de ayudar y recibir ayuda.

Sat Nam!



(Fuente: webdemamas.com)

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