La enfermedad es sólo aparente, sólo deja que actúe el poder del amor, permítele entrar en tu corazón, alma y cuerpo. Recuerda que la misericordia de Dios es infinita y omnipotente. No pierdas de vista que estás aquí porque así lo elegiste y es también voluntad Divina.
El perdón es glorioso, pues te libera las cadenas del miedo; abraza el perdón para deshacerte de recuerdos dolorosos y atraer nuevas y mejores experiencias que no tengan que ver con recuerdos del pasado.
Abre tus ojos al presente, al ahora, al momento que vives, tu mente es muy hábil y te lleva del pasado al futuro ignorando lo que pasa ahora, te distraes y pierdes el enfoque. Cuando esto sucede, entonces pierdes el camino, es como querer conducir un automóvil, pero en lugar de mantener la mirada al frente, sólo estás observando el espejo retrovisor que sería el pasado o estás viendo a los lados buscando a donde querer llegar sin fijarte por dónde vas.
Considerar el futuro está bien, pero mantener tu tiempo, energía y pensamiento en todo momento es lo que te resta poder, el poder que viene de ti y tus decisiones, es decir, el libre albedrío.
Sabemos que este tema lo hemos hablado en significativas y frecuentes ocasiones, pero en verdad es muy importante, ya que al estar consciente del poder de tus decisiones, enmarcas tu vida, aportas valor y coherencia a tu ser, simplemente eres auténtico (a) , feliz y poderoso (a).
No dejes que tus decisiones sean tomadas por otros sin antes considerarlo, sólo si en verdad estás convencido (a), participa; tu empoderas a los demás cuando apoyas sus causas y te empoderas a ti mismo (a) cuando dejas a un lado la apatía y eliges responsablemente tu plan de acción.
Deja de disfrazar el miedo con cara de amor o de confusión. En realidad, cuando no sabes qué hacer, respira profundamente, escucha a tu ser, tu respiración, considera esas ideas que vibran en tu corazón y obtendrás la respuesta que buscas.
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Sat Nam
(Fuente imagen: psiquicaandrea.blogspot.mx)
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