¿Pero por qué es tan tentador este lugar, etéreo de repente, denso otras veces? Será que nos gusta tener el control de las cosas, lo que sabemos manejar, resultados esperados, actitudes calculadas, las sorpresas no son bien recibidas, situaciones inesperadas o incómodas son evitadas.
Suena tan rígido e inútil..., a veces no nos damos cuenta de su existencia hasta que la zona de confort comienza a pesar, estorbar y cuando analizas en qué consiste de repente ya pasó mucho tiempo... Pero no siempre esa zona de confort es linda, podemos estar acostumbrados a experiencias negativas como el maltrato, el que todo salga mal, en otras palabras el no merecer...
Aunque suene extraño podemos apegarnos a vivir bajo esa nube gris y no darnos cuenta o más bien, no queriendo darnos cuenta de esta situación.
Quitarte un apego de encima, si lo comparara con una sensación, para mi es algo pegajoso, chicloso, pegado a tu piel, tus huesos o cualquier parte del cuerpo; mientras más tiempo pase, pareciera estar más aferrado y es cuando viene la decisión de valor:
¿Viviré por siempre bajo esta nube gris o me quito esta cosa de encima?
El ego es tan hábil, que puede tomar caras diferentes, desde un "es que sin esto o tal persona no podré vivir" hasta un "es que yo soy mucho para tal o cual circunstancia o persona".
Pero, ¿cuál sería el primer paso para poner una solución?
Primero darte cuenta: observarte a ti mismo (a), ¿cómo resolver un problema si no se sabe cuál es?
La verdad es que la mayoría de las veces las zonas de confort no son nada sencillas de vencer, lo importante es ser constante y creer en uno mismo (a).
Hay terapeutas de todo tipo, amistades, libros, hobbies, una cantidad interminable de fuentes de información; todos los recursos que puedas encontrar; mas si uno (a) no está convencido de hacer un cambio la zona de confort sólo se hará más grande.
Alguna vez te has preguntado ¿qué pasaría si cambiara esto en mi vida?
Sat Nam.
(Fuente:Savitari.com)
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