Elena

Elena

martes, 22 de septiembre de 2015

Yo no pienso como tú, así soy yo...



En una plática en la calle, una mujer, Gaby, hablaba con una con una sra. grande llamada Martha, quien relataba un episodio en el que su hijo hizo un comentario que le lastimaba mucho sobre el hermano de la sra., según cuenta, esta situación al menos ya tenía un mes que había sucedido.

Gaby y trató de consolarla, haciéndole ver que tomara ese comentario meramente como una opinión, sin embargo Martha insistía que la habían lastimado y que su hermano era una persona muy importante para ella y cada que se acordaba, se sentía muy triste.

Entonces Gaby la invitó a ponerse en el lugar de su hijo, tal como lo conoce, a entender las circunstancias por las que se había hecho ese comentario, quizás solo fue una broma o un mal entendido momentáneo y pudiera perdonar, pero no fue posible, Martha seguía lamentándose de tan penosa situación.

Gaby le preguntó si lo que había dicho su hijo era cierto, y la sra. mayor tajantemente respondió que no, entonces ¿por qué le da importancia, si es mentira? Martha siguió diciendo que él no tenía derecho a hacer ese tipo de comentarios, que sólo se sentía muy lastimada, (silencio).

Después de reflexionar un poco la Martha agregó: Me gustaría pensar como tú, pero no puedo, yo ya estoy vieja y las cosas me hieren mucho, para ti quizás no sea importante, pero para mi, si.

Amorosamente, Gaby respondió: Esto no se trata de lo que sea importante para mi o para ud, se trata simplemente de estar bien y ser feliz, lo que le duele, está en el pasado  y peor aún sabe que ese comentario no es cierto, mas al estarlo pensando y recordando una y otra vez, le da poder y lo vuelve realidad, no es que no pueda es que simplemente no quiere sanarlo.

Martha sólo agregó, me gustaría pensar como tú, pero no puedo, me duele mucho, tu eres joven y así eres, yo no...

Gaby respondió: ¿Cree que a mi no me duelen las cosas? ¿o que le resto importancia a todo?, créame que no, simplemente, yo elijo qué hacer en esas situaciones, esto no quiere decir que yo no sienta o que no me duela, pero si puedo elegir que hacer con esas emociones y situaciones; prefiero recibirlas, honrarlas y soltarlas. Si estoy machacándolas en mi memoria una y otra vez, eso solo me traería sufrimiento, por eso prefiero dejarlo ir y seguir, hay mucho más cosas lindas por vivir y si me la paso martirizándome por situaciones del pasado, me pierdo lo divertido del presente.

Martha guardo silencio, se le quedó viendo fijamente y movía su cabeza diciendo no, después de un instante expresó: No puedo y quizás no quiero.

Gabu respondió: Entonces para ud, eso es lo correcto y cada una siguió su camino.

¿Y tú con quién te identificas más?, es un hecho que aunque este acontecimiento haya sucedido una vez, la sra. mayor lo recreaba incansablemente en su memoria, reviviendo el sentimiento de tristeza y enojo.
A veces pasan muchas más cosas en nuestra cabeza que en la realidad... ¿Y tú, estás dispuesto a soltar o prefieres seguir cargando esos sentimientos de una mala experiencia?

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Image courtesy of Serge Bertasius Photography at FreeDigitalPhotos.net

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